ORGANIZACIÓN CÍVICA DE IMPULSO SOCIAL
Confederada a Ciudadanos de Centro Democrático [CCD]

ULTIMA HORA INFORMATIVA

30 may 2012

De indecencias y obscenidades

:: OPINION | P. Carbajo 'Eneas'*

Indecente y obsceno. ¿Y que diferencia hay entre estas palabras?. Últimamente las he oído con tanta frecuencia, hasta en demasía, que es todo un fenómeno verbal y semántico digno de atención. Consulto el diccionario RAE, confirmando académicamente no sólo los significados exactos de cada significante, sino sus aledaños semánticos.

Impúdico: "Deshonesto, falto de pudor". Obsceno: "Impúdico, torpe, ofensivo al pudor". Indecente: "No decente, indecoroso". Indecoroso: "Que carece de decoro". Decoro: "Honor, respeto, reverencia que se debe a una persona". Decencia: "Respeto exterior a las buenas costumbres o a las convenciones sociales".

Vale, veo que cualquiera de estos vocablos puede definir muy bien situaciones y contenidos noticiosos de los que nos enteramos últimamente. Situaciones y contenidos que, dicho sea de paso, no son entendibles como excepcionalidad ni fruto de un determinado momento, sino que se demuestran vulgar hábito en el tiempo. Por resumir, y para el conjunto de ese panorama de aguas turbias, me quedo con los adjetivos 'indecente' y 'obsceno'. Son perfectos para hablarle de la gran banca o del infinito sainete de los casos de corrupción.

Licitudes aceptables...

Eso sí, me resulta complicado asignarlos a las personas que, para subsistir en su día a día, tratan de hacer algunas 'chapuzas'. Comparativamente, luchar por complementar un subsidio que permita vivir con dignidad -pongamos, 800 € al mes- se me antoja una práctica mucho más lícita que otras presuntas legitimidades. Considero lícitos, por humanidad, los malabares de quienes les sobra mes para tan poco ingreso; ciudadanos que esquivan en lo posible el umbral de la pobreza, sin posibilidad de subsidio o prestación legal. Estos ciudadanos necesitan poder hacer algún 'chaperón' y no aplicar un IVA -cada vez más elevado, Europa manda- que más que impuesto es una condena.

La marginalidad aterra. ¿Cabe, sin pecar de injusto, adjetivar negativamente a personas que van a ser, o han sido ya, desahuciadas de su vivienda por no poder hacer frente a sus hipotecas? No, rotundamente no. ¿Y a los que evitan pagar los impuestos que se le deducen de su sueldo, mes tras mes, sabedores de que el fruto de su esfuerzo laboral o empresarial va a servir para colmar los bolsillos de los corruptos? Menos justificable pero, visto lo visto, comprensible. Por cierto, lo de 'corruptos' tiene perfectamente cabida en la lista que he reseñado más arriba. Sea como fuere, con que ley y justicia no son la misma cosa, estos casos en los que aprecio margen de licitud deben no obstante ser corregidos por la legalidad: un fraude, lo cometa quien lo cometa, es un fraude y va contra toda Ley.

Las 'andanzas' de la gran banca...

Otro asunto muy distinto, en mi opinión, es el de aquellos que provocan el escándalo general y la vergüenza ajena. Sitúo un espejo para observar ignominias a nivel nacional que, como las financieras, repercuten negativamente en nuestro entorno, incluída la UE. Aquí sí que consigno sin paliativos lo que veo 'indecente' y 'obsceno', porque eso es lo que son los salarios, dietas, y comisiones que, con el mayor de los descaros, vuela 'gracias' a señores que embutidos en caros trajes miran por encima del hombro cuando aparecen en actos públicos. Estos 'sabios' son los mismos que dicen que van a salvar la banca, previa inyección millonaria que se les ocurre pedir. ¡Para eso no se necesita contratar a un señor que se 'lleva' miles y miles de €, sólo por cesar en sus 'servicios' en la entidad financiera para la que se supone 'trabajaba'!

Indecente lo que pide la banca. Obscenas las 'indemnizaciones' a quienes llevan a y dejan en la quiebra a las entidades. Gran desmán a cuenta de los desgraciados ahorradores a los que estos directivos echaron de sus casas, recordemos, por hipotecas imposibles y tan tóxicas como infladas. Negocio de truhanes 'ofrecido' a ciudadanos crédulos. 'Señores' de la banca sabedores a conciencia que jugar con el “ladrillo” era de alto riesgo. Les dio igual a la hora de crear necesidades a incautos 'ninjas' con libreta de ahorro o de extender créditos trucados. Dicen las malas lenguas -al final acaban teniendo razón, mal que nos pese- que algunos directivos se iban 'de viajes pagados' por cuenta de ciertas constructoras: esto tiene un nombre, o más de uno, aparte los que define la ley.

La réplica de quienes justifican las indemnizaciones millonarias es que los bancos son empresas privadas; que, por aquello del libre mercado o falaz proteccionismo, 'pueden hacer lo que quieran' con 'su' dinero; es decir, el que lo da y quien lo recibe están legitimados; incluso que los mismos directivos salientes se asignen la 'gratificación'. Monumental. Bueno, entonces si ahora nosotros -todos- ponemos nuestro dinero en peligro de 'corralito', ¿verdad que debemos también poder exigir una comisión de investigación a directivos y entidades? Evidente: la Fiscalía del Estado debe actuar a fondo depurando responsabilidades. Usted, yo y las meigas estamos seguros que de culpas 'haberlas, haylas'; y gordas. No puede ser que un día se canten beneficios y dos jornadas después se clamen pérdidas millonarias; pensamos en variados bolsillos, en inconfesables paraísos protectores.

De la Moncloa y la CAM...

Elucubraciones aparte, la broma bancaria se sitúa en más de 23.500 millones de €. Pero, como vamos a ser 'accionistas' -es decir, paganos- los ciudadanos tenemos el deber de requerir actuaciones contundentes de quien proceda, vaya que sí. Si se socializan las pérdidas, que se socialicen también los beneficios. Y mientras esas actuaciones se activan, añado entre las cosas indecentes y obscenas las de colaborar en fraudes de ley. No es admisible que un personaje, después de ser jefe del Gobierno en Moncloa y dejarnos arruinados a la mayoría de los españoles, se 'enchufe' en el Consejo de Estado: organismo 'raro, raro', utilizado para engordar impúdicos próceres con pensiones dobles millonarias, y disfrutables hasta que les llega la hora de caminar la senda elefantina. Tampoco es admisible el blindaje de un directivo que se endosa 14 millones de € con la anuencia de la misma empresa que él ha quebrado.

Muestras, muchas y sangrantes. Como esa de la directiva de la CAM que, con todo el 'cuajo' del mundo mundial, acudía al juzgado para reclamar ¿10 millones de € de pensión?. Ahí es nada, la señora; bueno, de ahí lo que debiera es pasar directamente a la 'trena'. Y otra muestra, lo del caso Nöos con un insospechado Urdangarín, suculento culebrón judicial que merece capítulo aparte. Por último, no menos indecente y obsceno, lo de tantos sueldos de empresarios en ruina, concejales y alcaldes que superan con creces el percibido por el propio Presidente del Gobierno. Esto sí que nadie ha conseguido explicármelo para que yo lo entienda. Nadie con una mínima ética debiera cobrar más que la máxima autoridad ejecutiva del país en que vivimos.

Aquí los ciudadanos debemos dejarnos de hipocresías y dobles juegos; regenerar la democracia es exigir baremos proporcionales en las nóminas públicas, eficiencia en la Administración y armonización de derechos y obligaciones para todo el mundo; las retribuciones deben ser no sólo legítimas, sino lícitas. Lo digo porque me contaban, no hace mucho, que la pensión máxima de la Seguridad Social que se puede llegar a cobrar se sitúa en los 300.000 € mensuales. Son pocos los casos, pero se dan. Y, con independencia de su 'frecuencia', todos me parecen una barbaridad: ¿quién puede merecer semejante nivel de pensión?

Europa se impone...

Termino este artículo mirando a Europa, que nos mira desde hace tiempo con mal ojo. El asunto Bankia y toda la retahíla financiera que lo circunda es tremendo. El líder de la oposición, el Sr. Rubalcaba, se tapó los oídos con los inquilinos de las madrileñas Torres Kio y la vista con Bruselas. Ahora, tras su batacazo con la sempiterna agitprop pancartista, ha decidido -o le han hecho decidir en su partido- reconectar con la realidad apoyando a Rajoy en un frente común: ofrecer una imagen de unidad ante esa Europa implacable. Magnífico si no fuese porque, a mi entender, el giro contiene truco: se produce a cambio de que el Sr. Fernández Ordóñez, alias 'MAFO', no tenga que declarar ante el Congreso por su gestión al frente del Banco de España. Pero tendrá que declarar, estoy convencido.

Lo malo es que las picardías PP-PSOE y las limitaciones de nuestra Justicia mitigarán los veredictos. Mucho parece que hay que esconder cuando se da esa rara generosidad de apoyo por parte de Rubalcaba y es aceptada por Rajoy. ¿Verdad que esto también linda con lo indecente y obsceno? En fin, que entre nuestros bancos de la 'champions league' -Zapatero dixit- nuestros sindicatos, nuestros líderes de la diestra y la siniestra y nuestras autonomías disgregadoras e inviables, no sólo se me antoja lógico sino imprescindible que a Europa le merezcamos menos confianza que un ruso vendiendo catecismos. Tenemos el mismo porvenir.

Corolario: Lamentaría de antemano que el contenido crítico de este artículo hubiese podido molestar la sensibilidad de algún lector o lectora. Por si acaso, vayan para él o ella mis disculpas. Pero la verdad, aún debiendo ser siempre respetuosa, ni teme ni ofende. Con este escrito sólo he intentado demostrar que, como diría J. J. Millás, "cuando la realidad se mira en el espejo, al otro lado hay al menos un enigma". Y desde mi espejo -cada ciudadano tiene el suyo- tanto la una como los otros merecen adjetivarse muy negativamente. ¡Qué más quisiera yo haberme equivocado en todo lo adjetivado, haber colocado mi espejo delante de situaciones y nombres que fuesen simples 'árboles' que me impidiesen ver el 'bosque'! Pero va ser que no... ¿o sí?

*Presidente de 90Mil Ciudadanos

11 may 2012

Hace 80 años, y seguimos

:: Opinión | P. Carbajo 'Eneas'*

Fue Lluis Companys, concejal electo por la Esquerra quien proclamó la República en Barcelona, izando la bandera tricolor en el balcón del Ayuntamiento. Una hora después, Francesc Maciá consagraba la República catalana desde la Generalitat. Era el año 1931.
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Sobre estos hechos históricos de la implantación nacionalista ya escribí en un artículo anterior. Pero es un bucle que vuelve una y otra vez. Pese a los desmentidos por parte del PSOE -justificando a menudo la permisividad con los nacionalistas independentistas- la realidad es tozuda: día sí y día también, el progresivo camino hacia la construcción de una 'nación' a costa del territorio español no se detiene; se sigue conformando desde la Generalitat y los partidos pancatalanistas. Y la crisis coyuntural no parece ser obstáculo para ello, pese a que obliga a gestionar prioridades. Y si no se combate este secesionismo periférico, creo que sus efectos serán irreversibles para el futuro de una España como idea y como soberanía ciudadana. Los delirios de los nacionalistas anti españoles, con poder y medios económicos suficientes, así como la dejadez de los gobiernos centrales -necesitados de falsos apoyos para gobernar- han ido permitiendo todo tipo de tropelías y bravatas por parte de los independentistas.
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Ante tal situación, insostenible, asoma la necesidad de calcular cómo repensar el mapa autonómico. Porque el nacionalismo es voraz y ambicioso; siempre estará insatisfecho con lo obtenido, sea en recursos, sea en competencias; y siempre estará atento para exprimir, chantajear o imposibilitar calculadamente a cuantos gobiernos de España se le pongan a mano. El doble objetivo del independentismo es inequívoco: los recursos económicos y estructurales, en primera instancia; y la suficiente autonomía política para impulsar y decantar referendums sobre autodeterminación, en segunda. Es decir, la separación de hecho, que no de derecho.
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Tras las etapas de Pujol y Montilla, el Rey Artur (Mas) trata de recuperar la costumbre de amenazar con la independencia. En primer lugar, exigiendo una Hacienda propia de Cataluña, al margen de la española. Quiere colgarse la 'medalla' de lograr la llave de la caja común; es un anhelo que para el president está muy por encima de cualquier ley estatal, incluída la constitucional que define España como nación indivisible. Esto sólo importará si es útil y rentable al secesionismo: España como futuro cliente comercial. La Generalitat y sus inquilinos, en temas económicos y endeudados como están, se resisten todo lo posible a ser solidarios con el resto del Estado. No sólo que tanto Mas como Catalunya se ven fuera del actual mapa, sino que como buen discípulo de Pujol el president debe pensar aquéllo de “Cataluña soy yo”. Vamos, al estilo Rey Sol, Luis XIV. El reto es que o logra la plena autonomía económica con conversaciones 'bilaterales' -obsérvese la miga que guarda ese concepto- o la logra de 'otra' forma -obsérvese el calado de la amenza-. Pero no lo tendrá nada fácil. Mientras no consigue la llave, las leyes se cumplen; por imperativo, que si no tampoco; y sobre todo, las de la Generalitat: las de un rango superior son 'las de España'. Ni Artur Mas ni ninguno de su 'gran familia' política se sale del guión principal.
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Vayamos a la proximidad, al edificio barcelonés de enfrente. Hace días, con mi amigo Mario, acudimos a una reunión sobre los proyectos del Ayuntamiento de Barcelona para los próximos años de legislatura. La 'sucursal' de CiU que dirige el Consistorio de Sant Jaume está ufanado con el Programa de Actuación Municipal [PAM]. Entre lo tratado, le preguntamos al comisionado del alcalde Trías si no sería conveniente entregar los folletos de información también en castellano. Respuesta: "Ah, no, ¿qué dius?"-traduzco: "ah, no, qué dices!"-, “el catalán hay que protegerlo para que no se pierda; y de ninguna manera se va a cambiar (la inmersión lingüística) en ese sentido”. Deducción clara: la ley se incumple. En la misma sesión del PAM, preguntamos por el apoyo al sector de pequeño comercio de la zona; expresamos nuestra inquietud por el decrecimiento de los comercios tradicionales autóctonos y el sobredimensionado cupo de licencias en manos de 'inversores' extranjeros. Se nos responde con un "No pasa res (traduzco, 'no pasa nada') siempre que se cumplan las leyes; somos muy escrupulosos en su cumplimiento". Pues sí, en este caso el Consistorio sí 'cuida' la legislación: es rentable para el nacionalismo, tanto política como económicamente, por más que desvirtúe la fisonomía de la ciudad.
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Este 'anecdotario' de los intereses económicos alcanza su máxima expresión cuando ya se entra de lleno en la cuestión ideológica que lo dirige. Y ocurre que tanto en el Parlament como en la calle la presión catalanista es la norma. Mientras todos la conocen y la sufren, otros la desmienten o la tergiversan. Porque la economía es una herramienta, la batalla cotidiana. pero la política, el proyecto soberanista, es la gran guerra.
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Así están, o así veo, las cosas. Cada vez percibo más similitud entre lo que está ocurriendo hoy con lo que ocurrió en el año 1931. Salen algunos acérrimos, a la más mínima oportunidad, a proclamar de nuevo la república; sencillamente porque se niegan a reconocer la legitimidad democrática que nos sitúa en 1978 -tal como reconocío Tarradellas- y no en 1931. Y el Sr. Mas, acérrimo como Pujol, Montilla o Carod, dispuesto siempre a hacer lo mismo que Companys desde el balcón de la Generalitat. ¿Quién se lo impide?
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Así las cosas, no sé si se le van a parar los pies de una vez por todas desde el Estado, o vamos a seguir descomponiéndonos como nación sin tomar medidas. Creo que de una vez por todas hay que decir NO a esta deriva nacionalista que segrega. Creo que se mire como se mire, la legalidad dice que el Sr.Mas es el representante del Estado en Cataluña, no otra cosa. Y creo que, si por fin el Estado asume su responsabilidad constitucional, no habrá tal pretendida Hacienda catalana, ni consultas o referéndums populares pseudo legales, ni gaitas. De verdad, cuanto antes se les 'notifique' el rumbo correcto a los 'constructores' de naciones periféricas, mejor.
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Porque, ¿acaso alguien va a invertir en una empresa que es carne de cierre?; ¿acaso la comunidad europea puede sentirse tranquila viendo un país miembro en descomposición interna?; ¿nos van a seguir prestando dinero?. Decididamente no. Más bien cabe que por estos motivos terminemos “tutelados” -mejor dicho, intervenidos- porque la riqueza del país es dilapidada por CC. AA. que pierden el norte. En este momento ya estamos intervenidos de facto: inspeccionan al propio Banco de España, porque en la UE tampoco se fían de los que hay al frente (o escondidos).
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Vistas la Generalitat y la proximidad municipal catalanas, queda por ver dónde se sitúa el Estado. La llave económica y el libre albedrío político para imponer el proyecto nacionalista fueron dos grandes puertas abiertas por el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero. A la estafa del PSOE le secundó la estafa del PSC. Ambas han lastrado las expectativas colectivas de los ciudadanos catalanes, las del resto de españoles y también las de nuestro papel europeísta al que nos debemos. Todos pudimos oír en 2011 que nuestros bancos estaban en la Champios League, y mire usted cómo estamos pocos meses después. El adiós abrupto de Zapatero nos puso en manos de Rajoy. Y como el bipartidismo es ideológico y maniqueo a partes iguales, a este nuevo Gobierno de derechas le toca 'colocar su libro' pero bailando con una etapa de gestión muy dura. Tiene dos frentes abiertos de separatismo y tres para intentar derribarlo. Y el envite no va a ser a medio plazo -europa no espera a los 'inválidos'- sino ahora. Como buen gallego, el Presidente Rajoy es listo, sabe que la oposición ansía volver al poder y que para ello rentabilizará cualquier alboroto.
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El Gobierno está sólo, sí, con una mayoría absoluta. Y el partido que lo sostiene, el PP -con numerosos errores privados- es hoy por hoy el único capaz de ofrecernos una virtud: la de liberarnos de la imposición nacionalista periférica. Y que las alternativas políticas que consigan en un futuro romper el monopolio bipartidista, asuman también el compromiso de no abocarnos a repetir las malas historias. Es lo que pido, nada más pero nada menos.

*Presidente de 90Mil Ciudadanos